sábado, 14 de febrero de 2009

“Se lucra con los afectos del traductor”

Su segundo nombre –Bernardita– es marca registrada para los traductores y su prestigio profesional trasciende las fronteras. En una entrevista exclusiva para Contacto, Mariotto se refiere a la tecnología, el futuro y la falta de reconocimiento hacia nuestra tarea.

– ¿Cuándo y por qué decidió dedicarse a la traducción y a la docencia?
– A la traducción, desde muy chica, por placer, aun sin entender los procesos de traducción necesarios para lograr un trabajo decente y, a la docencia, desde que era adolescente. En esa época enseñaba inglés. Cuando me gradué como traductora pública, empecé a enseñar traducción casi inmediatamente en los ámbitos privado y universitario.

– Entre los campos de especialización en los que desarrolla su trabajo, ¿cuál es el que prefiere y por qué?
– Derecho, turismo, ciencias sociales, medio ambiente, medicina, técnica. Derecho, porque es el campo en el que nos formamos con más profundidad y amplitud quienes estudiamos en la UBA. Es el que aprendí más sistematizadamente y con la guía docente; quizás estas circunstancias hayan contribuido a mi gusto por él. Turismo, ciencias sociales y medio ambiente son campos fascinantes para trabajar en traducción; se necesita una buena pluma porque exigen creatividad en mayor medida que las áreas técnicas y las ciencias duras. Es como si uno pudiera volar con más libertad. Medicina es un área en la que empecé a trabajar simultáneamente con la cursada de la carrera, de manera que es un campo muy conocido, si bien no tengo la misma experiencia en todos los temas. La traducción técnica llegó a mi vida profesional bastante más tarde que las otras y por razones estrictamente laborales. Tuve la oportunidad de ingresar en el mundo de las patentes y ahí empecé. No es el campo que más placer me da, pero tampoco me disgusta. Traduzco también en otros campos, pero con menor intensidad.
Además, mi tema, el de la traducción de derecho contractual, en el que me especializo hace ya más de 10 años. El producto de esa línea son mis cuatro libros de contratos traducidos.

– Esos cuatro libros, ¿fueron iniciativas personales o libros para los que fue convocada?
– Iniciativas personales. ContratosFormularios I y II, publicados en 1991 y 1996 por Abeledo-Perrot y LexisNexis respectivamente y, Traducciones de contratos Tomos I y II, que son ampliación y actualización de los anteriores. El Tomo I salió a la venta en abril del 2006, y el Tomo II acaba de salir. Los dos son ediciones de autor.

– ¿Qué elementos positivos y negativos tienen los avances tecnológicos para el desarrollo de su tarea?
– Positivos, todos los que aceleran el proceso de traducción sin perder calidad en el camino. Hay un antes y un después de los programas de memorias de traducción, por ejemplo, y este es el avance por antonomasia. Negativos, la posibilidad de explotar económicamente al traductor que los usa no pagándole las palabras repetidas y reduciendo el precio de las coincidencias. Es una perversión porque todo buen traductor –y todo cliente, aunque lo discuta– sabe que cuando la memoria muestra coincidencias, no se puede dejar de verificar si esas coincidencias se pueden insertar automáticamente en el nuevo contexto. En determinadas situaciones, sí; el problema es que la reducción del precio de la traducción no se aplica sólo a los documentos en los que se puede confiar en las coincidencias, sino que se generaliza y se descuenta el precio de palabras y frases sueltas que pueden o no coincidir realmente. Esto demuestra desconocimiento del proceso traductor, aunque sólo en algunos casos porque, como señalé, muchos clientes lo conocen; de hecho, muchos dueños de agencias de traducción son traductores.

– En función de la pregunta anterior, ¿cómo imagina el futuro de los traductores?
– Negro, si no peleamos por nuestro reconocimiento social como profesionales que somos.

– ¿Considera que existen muchas injusticias respecto del reconocimiento profesional de los traductores?
– Nuestra profesión no tiene un reconocimiento social justo y, mucho menos, económico. El traductor es un personaje prácticamente ninguneado en muchos ámbitos en los que es imprescindible, por ejemplo, las editoriales. Sin traducción, se publicarían muchos menos libros. Una editorial que no publique material traducido no existe. Sin embargo, es una convención que al traductor se le paguen tarifas miserables. Pero, al mismo tiempo, hay legiones de traductores que quieren trabajar en lo suyo, en lo que aman, y se avienen a firmar contratos leoninos aun conociendo el perjuicio del que son víctimas. Se lucra con los afectos del traductor, que está feliz con solo ver su nombre en el lugar que le corresponde. También se paga miserablemente el subtitulado de películas, como si no fuera imprescindible. El traductor nunca es llamado a participar en debates lingüísticos ni en circunstancias en las que la traducción merece un análisis particular.

– ¿Cuáles son las características de la retrotraducción?
– La retrotraducción tiene mala prensa, muchos detractores. Sin embargo, creo que es un buen método para detectar errores de vocabulario y terminología y de estructuras, lo que lleva a errores de sentido. Si se pretende volver al original exacto, la retrotraducción no es el camino adecuado; quizás sea esta la razón por la cual este procedimiento no se valora en su justa medida. Es un buen método para corregir traducción, tanto propia como ajena.

– ¿Cuál es la situación laboral más difícil que le tocó resolver?
– Hacer docencia para los correctores que no tienen buen nivel de lenguas ni de traducción y corrigen según lo que les suena. Esto me obliga a rechazar muchas de las correcciones y a explicar por qué. En realidad, la situación debería ser al revés, el corrector debería justificar sus correcciones. Es una situación difícil porque, como dije, hago docencia, pero el caso es que no estoy frente a un alumno sino a alguien que supuestamente tiene autoridad para corregirme.

– En diversos ámbitos se debate la incidencia del lenguaje con respecto al racismo, la xenofobia, los estereotipos de género y la discriminación en general. ¿Qué opinión tiene al respecto?
– Que habría que enseñar nuestra lengua para no tener que defenderla en situaciones ridículas como las que plantea el famoso lenguaje sexista, tan de moda en estos tiempos. Se me paran los pelos cuando oigo porteños y porteñas, reunión de padres y madres (en el colegio), mis hermanos y hermanas y yo somos los hijos y las hijas de nuestro padre y nuestra madre (porque decir de nuestros padres y nuestras madres sería confuso) y ejemplos similares. Si quienes hablan de esa manera conocieran nuestro idioma, sabrían cuándo especificar y cuándo no. Por otro lado, me parece que cargar las tintas de la discriminación en el uso del lenguaje es patear la pelota para afuera, es desviar la atención de los verdaderos focos discriminadores. No creo que la situación cambie un ápice con la ayuda del nuevo lenguaje no sexista.

– ¿Cuál es el nivel de los traductores argentinos en el marco de la región latinoamericana?
– Alto, al menos en lo que a la franja de graduados se refiere. Podría ser mucho más alto teniendo en cuenta la cantidad de claustros en los que se enseña la carrera. En América Latina y Estados Unidos tenemos muy buen nombre y la calidad de nuestra traducción es muy apreciada.

– ¿Cuáles son las principales sugerencias –para el desempeño de la profesión– que les transmite a sus alumnos?
– En principio, les exijo investigar y prepararse para la clase. Eso ya les muestra un panorama de lo que implica traducir, el tiempo que insume, el tipo de investigación que se necesita para los diversos temas, las búsquedas en fuentes variadas, en fin, diversas facetas de la tarea. Después los hago responsables de su trabajo, los hago pensar en los aciertos y les enseño a solucionar los errores. Por último, las sugerencias solo son sobre relaciones laborales, trato con el cliente, valoración del trabajo y la relación comercial, y los demás aspectos que trascienden la técnica de trabajo porque después de traducir todo un año, no necesitan sugerencias ni indicaciones, viven la realidad en carne propia.

No hay comentarios.: